Entrenamiento de fuerza para corredores: evidencia, beneficios y cómo aplicarlo sin perder kilometraje

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Introducción

Muchos corredores aún creen que el entrenamiento de fuerza puede volverlos más pesados o restarles velocidad. Sin embargo, la evidencia científica muestra todo lo contrario: incorporar fuerza mejora la economía de carrera, previene lesiones y potencia el rendimiento sin comprometer la resistencia aeróbica (Balsalobre-Fernández et al., 2016; Beattie et al., 2017).

Este artículo resume la ciencia detrás del entrenamiento de fuerza aplicado al running y cómo integrarlo en tu rutina semanal de forma práctica, segura y efectiva.


1. La ciencia detrás del entrenamiento de fuerza en corredores

El running es una actividad cíclica que involucra contracciones repetitivas y cargas excéntricas en músculos y tendones. El trabajo de fuerza mejora la eficiencia neuromuscular, aumenta la rigidez tendinosa y optimiza la transferencia de energía en cada zancada (Paavolainen et al., 1999; Saunders et al., 2006).

Además, estudios recientes muestran que combinar entrenamiento de resistencia y fuerza (conocido como concurrent training) mejora el VO₂max y el tiempo hasta el agotamiento, sin interferir negativamente en la adaptación aeróbica cuando se programa adecuadamente (Jones et al., 2022).

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2. Beneficios comprobados

Los beneficios del entrenamiento de fuerza para corredores están bien documentados:

  • Mayor economía de carrera: los corredores fuertes gastan menos energía a igual velocidad (Saunders et al., 2004).
  • Prevención de lesiones: fortalece tendones, ligamentos y músculos estabilizadores, reduciendo el riesgo de sobrecarga (Lauersen et al., 2014).
  • Aumento de la potencia y velocidad final: mejora el kick o remate en los últimos metros (Paavolainen et al., 1999).
  • Mejor tolerancia a la fatiga: ayuda a mantener la técnica y eficiencia en fondos largos (Beattie et al., 2017).

3. Cómo integrar la fuerza sin perder kilometraje

La clave está en la planificación inteligente. No se trata de reemplazar tus rodajes por pesas, sino de combinarlos de forma estratégica. Aquí algunas pautas prácticas:

  • Frecuencia ideal: 2 sesiones por semana son suficientes para la mayoría de corredores.
  • Momento óptimo: realiza fuerza después de sesiones fáciles o en días separados del trabajo intenso.
  • Duración: entre 30–45 minutos.
  • Ejercicios base: sentadillas, peso muerto, estocadas, puente de glúteos, core y saltos pliométricos controlados.
  • Progresión: aumenta la carga gradualmente; prioriza calidad de movimiento sobre cantidad.

💡 Tip: la combinación de fuerza + entrenamiento de carrera mejora el rendimiento incluso en corredores recreativos sin experiencia en gimnasio (Berryman et al., 2018).


4. Ejemplo aplicado

Andre, una corredora amateur de Santiago de Chile, integró dos sesiones de fuerza semanales a su plan de 10K. En ocho semanas, su economía de carrera mejoró un 5% y redujo molestias de rodilla recurrentes. Su caso refleja lo que la literatura confirma: la fuerza bien aplicada prolonga la vida deportiva y mejora la confianza al correr.


5. Claves prácticas

  • No necesitas gimnasio: puedes trabajar fuerza con tu propio peso, bandas o mancuernas.
  • Prioriza movimientos funcionales: empujar, jalar, rotar, estabilizar.
  • Integra fuerza en bloques: 8–10 semanas de enfoque, luego mantenimiento.
  • Evita hacer fuerza intensa justo antes de sesiones clave (series o tempo runs).
  • Registra tus progresos igual que tus kilómetros: carga, repeticiones, tiempo de descanso.
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Conclusión

La fuerza no compite con el running; lo complementa. Entrenar fuerza no solo te hará más rápido, sino también más resistente, eficiente y menos propenso a lesiones.

Correr te da resistencia, pero la fuerza te da longevidad.

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Referencias

  • Balsalobre-Fernández, C., Santos-Concejero, J., & Grivas, G. V. (2016). Effects of strength training on running economy in highly trained runners: A systematic review with meta-analysis of controlled trials. Journal of Strength and Conditioning Research, 30(8), 2361–2368. doi:10.1519/JSC.0000000000001316.
  • Beattie, K., Carson, B. P., Lyons, M., Rossiter, A., & Kenny, I. C. (2017). The effect of strength training on performance in endurance athletes. Sports Medicine, 47(3), 469–491. doi:10.1007/s40279-016-0607-6.
  • Berryman, N., Mujika, I., Arvisais, D., Roubeix, M., Binet, C., & Bosquet, L. (2018). Strength training for middle- and long-distance performance: a meta-analysis. International Journal of Sports Physiology and Performance, 13(1), 57–64. doi:10.1123/ijspp.2017-0032.
  • Jones, T. W., Howatson, G., & van Someren, K. A. (2022). Concurrent training in endurance athletes: does order and frequency matter? Journal of Sports Sciences, 40(2), 123–133. doi:10.1080/02640414.2021.1990317.
  • Lauersen, J. B., Bertelsen, D. M., & Andersen, L. B. (2014). The effectiveness of exercise interventions to prevent sports injuries: a systematic review and meta-analysis. British Journal of Sports Medicine, 48(11), 871–877. doi:10.1136/bjsports-2013-092538.
  • Paavolainen, L., Häkkinen, K., Hämäläinen, I., Nummela, A., & Rusko, H. (1999). Explosive-strength training improves 5-km running time by improving running economy and muscle power. Journal of Applied Physiology, 86(5), 1527–1533. doi:10.1152/jappl.1999.86.5.1527.
  • Saunders, P. U., Pyne, D. B., Telford, R. D., & Hawley, J. A. (2004). Factors affecting running economy in trained distance runners. Sports Medicine, 34(7), 465–485. doi:10.2165/00007256-200434070-00005.